lunes, 8 de junio de 2009

Reseña Historica:




El ferrocarril ecuatoriano constituye un símbolo de unidad nacional que ayudó al progreso del país, pues, al constituir la primera Obra Modernizadora del Estado ecuatoriano y símbolo de la Unidad Nacional, fue iniciada por el ex Presidente de la República, Don Gabriel García Moreno, 12 años después de que la Asamblea Constituyente de 1861, autorizó la contratación de empresas nacionales o extranjeras para que se construya el ferrocarril.
En 1873, Gabriel García Moreno, pone al servicio 91 Km. de vía en la costa ecuatoriana desde Yaguachi hasta Milagro. Tras su muerte, 22 años más tarde, en 1895, la obra fue retomada por el General Eloy Alfaro Delgado, quien enfrentó serias dificultades que obligaron a realizar nuevos trazados viales y negociaciones para su construcción, pero la decisión y fe de Alfaro hicieron posible la construcción del Ferrocarril Trasandino Nacional con el apoyo incondicional del norteamericano Archer Harman, quien con profesionales nacionales y extranjeros, trabajadores ecuatorianos y más de 4.000 jamaiquinos, construyeron la sorprendente Nariz del Diablo para unir la costa con la sierra ecuatorianas, lastimosamente este cobra varias vida por lo duro de este labor, lo difícil de la construcción sus tramos y las distintas epidemias que surgían, por la picadura de varios insectos.
Fue así que, un clavo de oro colocado por América Alfaro, hija del presidente, en el último riel de la estación de Chimbacalle, selló la obra de infraestructura más grande del Ecuador. El tren arribó a la estación de Chimbacalle de Quito el 25 de junio de 1 908, inaugurándose oficialmente con una gran fiesta cívica nacional. Esta gran obra se complementó el 26 de agosto de 1 957 con el tramo Quito - San Lorenzo (373.4 Kilómetros) y constituyó un impulso modernizador para el país, que no únicamente unió la sierra con la costa sino que mejoro el comercio, el turismo y la economía del país.

Actualmente, el trazado vial del ferrocarril ecuatoriano lo constituyen 965.5 Km. que cruzan por diez provincias del país que sirven como atractivo turístico utilizando las rutas: en el trayecto Riobamba - Nariz del Diablo el tren desciende 800 metros en el zig-zag de la formación rocosa que, por su dificultad y forma, fue denominada con esta alusión al demonio. Esta bajada permite sentir el cambio de climas desde el altiplano hasta el litoral. La ruta Quito - Riobamba (temporalmente suspendida) atraviesa la "Avenida de los Volcanes". A lo largo de la travesía se presentan varias montañas de la serranía y se observa el coloso Chimborazo, de 6 310 metros de altura.

Además la ruta Quito-Cotopaxi-Quito le conduce a una de las reservas más importantes del país, el Parque Nacional Cotopaxi, ubicado a las faldas del volcán más alto del mundo, el Cotopaxi, con 5.897 metros de altura. Finalmente, el tramo de 45 kilómetros Ibarra – Primer Paso, conduce al autoferro hasta la cuenca del río Mira a través de túneles construidos solamente con pico y pala.

Por lo tanto, es importante el seguimiento de la historia ferroviaria sustentado en que, el ferrocarril fue un factor determinante en la unificación regional del Ecuador, como también su funcionamiento fue un medio en el que el país estableció un nuevo sistema de relaciones económico - social.

Por ello, el ferrocarril ecuatoriano ha llegado ha contribuir al desarrollo socioeconómico armónico del país, mediante el fortalecimiento de actividades productivas, fomentando el desarrollo del turismo y la agricultura como actividades generadoras de empleo y de la integración nacional, mediante la planificación administración y desarrollo del transporte masivo por vía férrea de pasajeros y de carga. Su accionar se enmarcará en los principios del desarrollo humano sostenible, a la defensa del ambiente y a la conservación de los ecosistemas.
Fotografía: Archivo Hermandad Ferroviarios

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